“La hípica se considera un deporte caro y elitista, pero no es así” afirma José Fierro

El Club Hípico Fierro es uno de los pocos clubs de la provincia que además de ofrecer diversas actividades ecuestres, incluye la hipoterapia para ayudar a personas con diversas discapacidades

Entrevista

Natalia Moreno Massó

El Club Hípico Fierro lleva instalado en la ciudad de Cuenca desde 1982. La familia conquense de jinetes, Fierro, tras más de 40 años de historia en el deporte ecuestre, son los responsables de que a día de hoy éste siga activo en todos sus servicios, e incluso en otros nuevos que han ido incorporando.  

La venta de caballos de salto de alto nivel, el pupilaje de estos-el club se hace cargo de los gastos de comida, estabulación, veterinario y herraje-, la impartición de clases de equitación de la mano de profesionales de la hípica a partir de niños de 4 años, el desbrave, la doma y el perfeccionamiento, las rutas o los eventos con carros de caballos, la realización de exámenes de galopes y la hipoterapia son todas las actividades que ofrece el club para los interesados en la hípica.

José Fierro Carballo es uno de los jinetes de la familia, además de profesor de equitación en el club. Desde que nació ha pasado toda su vida entre caballos, jinetes y competiciones, y es por ello que siempre ha tenido claro que le gustaría dedicar su vida a la hípica. 

“Mi padre y mi tío siempre han sido profesores de equitación del club y, por tanto, yo desde muy pequeño he asistido a sus clases y me he interesado por ser yo el que algún día lo hiciera. Así con 14 o 15 años ya empecé a impartir yo algunas clases, y fue finalmente con 16 cuando comencé a dar clases de manera profesional” explicaba José Fierro, profesor y jinete. 

Dentro del club y de los servicios que ofrecen uno de los más importantes son las clases de equitación, entre las que se encuentran, el Ponyclub, que consiste en las clases de hípica para los más pequeños –a partir de cuatro años-; clases de iniciación ya sean de doma o de salto y finalmente, de perfeccionamiento en estos dos mismos estilos. Estas clases a su vez están divididas por edades y por niveles de enseñanza y disciplina.

Respecto a las competiciones, el club participa en diversos concursos de salto en los cuales ha ganado varios premios. “Antiguamente también participábamos en competiciones de doma de caballos, pero con el tiempo nos hemos querido especializar en salto y es por ello que son las que más llevamos a cabo” cuenta José. 

El Club apuesta por la hipoterapia y sus beneficios

En el Club Hípico Fierro llevan a cabo una iniciativa junto a la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, desde el año 2008, a través de la cual desarrollan clases de hipoterapia o equinoterapia que promueven la rehabilitación, recuperación y mejora tanto de niños, como de adolescentes o de adultos, ayudándolos a nivel psicológico, cognitivo, neuromuscular y sobre todo, a nivel social, frente a enfermedades como el Síndrome de Down, la parálisis cerebral, algunas dificultades sensoriales, el autismo, el deterioro de la movilidad o la paraplejia, entre otras.

El club cuenta con profesionales de la salud física y mental, como fisioterapeutas y enfermeros, a la vez que también lo hace con profesores de hípica cualificados que se encargan de impartir estas clases a aquellos que necesitan de este tipo de terapia, como Azucena Carballo especialista en hipoterapia y madre de José.

La hipoterapia es una herramienta que se emplea desde hace varios años en muchos pacientes que sufren alguna discapacidad intelectual o física o que padecen una enfermedad u otro problema social. 

Se tratan de sesiones que suelen tener una duración de treinta minutos, aunque en algunas ocasiones sean un poco más largas por algún motivo en concreto. El contacto corporal de los pacientes con el cuerpo del caballo, los impulsos rítmicos, la motivación, afectividad o el desarrollo psicomotriz son algunos de los beneficios que presenta el empleo de este deporte como una forma nueva de tratar a los enfermos.

“Todos los jueves llevábamos a cabo estas sesiones con seis niños de la ciudad, además de los grupos que vienen de algunas organizaciones u instituciones. Los beneficios son notables para todos ellos, y sin duda el contacto directo con los animales les hace progresar de una forma mucho mejor y más efectiva.” concluía José.

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